Petróleo y Gas

Ideas de políticas energéticas para un gran guturo energético

“Convertir a la Argentina en un proveedor mundial confiable de energía” parece ser la misión a la que todos los actores políticos y empresariales del país debieran apuntar. Y cuando decimos energía, nos referimos a petróleo, gas por ductos, GNL, litio, renovables e hidrógeno en alguna de sus formas. El…

“Convertir a la Argentina en un proveedor mundial confiable de energía” parece ser la misión a la que todos los actores políticos y empresariales del país debieran apuntar. Y cuando decimos energía, nos referimos a petróleo, gas por ductos, GNL, litio, renovables e hidrógeno en alguna de sus formas. El primer paso (necesario pero no suficiente) para que este objetivo tenga posibilidades de ocurrir, es que el país lo permita (ni siquiera que lo promueva). Hoy en Argentina no se pueden contractualizar exportaciones a más de un año vista. Nuestra legislación está diseñada para un país basado en la escasez y las importaciones y no la abundancia. Esto debe cambiar y para los proyectos más ambiciosos como GNL e hidrógeno es importante dictar leyes acordes con la competencia mundial. Estos proyectos que requieren miles de millones de dólares en infraestructura no van a ocurrir si hay un desvarío en los económicos frente a otras latitudes. Y terminaremos multiplicando por cero. Además es necesario generar mecanismos para lograr seguridad jurídica y financiamiento: garantías/PPAs, puentes entre la inversión privada y pública. Y por supuesto una “normalización macroeconómica y financiera” del país.
Desde un punto de vista local, la misión sería “Recrear un mercado interno de precios relacionados a los costos en el que los subsidios son la excepción solo para el sector necesitado sin distorsionar el mercado”. Así el mercado local termina pagando el costo medio para gas y electricidad. Las tarifas se ajustan por una unidad equivalente de energía que a su vez se ajusta mensualmente por inflación (así se evitan retrasos y audiencias burocráticas repetitivas). Anualmente se realiza una revisión tarifaria para que el sistema recolecte las eficiencias en la producción que se trasladan a la economía o pague los costos más altos. Los subsidios los debería otorgar el Ministerio de Acción Social (como hace con los planes sociales y la AUH) con un bono por el que el ciudadano obtiene un descuento en el pago de la tarifa plena. Así se genera conciencia del costo de producir energía y no se distorsiona el sistema energético. Yendo al petróleo debería regir el precio internacional (export parity) y en los combustibles el precio promedio del último año internacional para evitar los altibajos con los impuestos nacionales de fondo compensatorio buffer.
Por último, es necesaria una activa política de gasificación de la economía: este fluido es más limpio, más abundante, más económico y más difícil de exportar. Cualquier reemplazo de líquidos por gas representa mayores exportaciones. Para promover este fluido, deberían otorgarse beneficios fiscales para fomentar inversiones de transformación de transporte liviano y pesado/Transporte marítimo y desarrollo de nuevas petroquímicas.
Actualmente ya está mejorando la balanza comercial energética pero el potencial es inmenso. Precisamos políticas claras que permitan un fuerte desarrollo del sector.

Proyección Balanza Comercial Energética Argentina
Escenario de Proyecciones “Desarrollo Medio (sin GNL)” de la consultora Aleph Energy

Por Daniel Dreizzen

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