El consorcio ART instaló las últimas dos narices de pila en la futura casa de máquinas de la represa Aña Cuá, de 270 MW, en la provincia de Corrientes.
Estas piezas electromecánicas van empotradas en el hormigón y tienen como objetivo resistir a la acción erosiva del agua una vez que es turbinada. La represa cuenta con seis de ellas en sus tres unidades generadoras.
A su vez, la UTE entre Astaldi, Roverlla Carranza y Tecnoedil avanzó con la construcción de los muros de aproximación y soporte, que serán los encargados de encausar el agua hacia la casa de máquinas donde se encuentran emplazadas las tres turbinas Kaplan de 90,20 MW de potencia cada una y de soportar el empuje de los cierres de presas de ambas márgenes.
En paralelo, se encuentra en la etapa final de las obras de la nave de montaje en la margen izquierda del río Paraná. Allí, se están armando los andamios puntales para soportar la plataforma del entablado para el fondo del encofrado de la losa a cota 70,30 metros sobre el nivel del mar.
La maquinización de Aña Cuá significará un aumento del 10% en la generación de energía del complejo hidroeléctrico de Yacyretá. La nueva central aprovechará el “caudal ecológico” de alrededor de 1.500 metros cúbicos por segundo, que actualmente pasa por los vertederos para transformarlo en energía hidroeléctrica.
Avanzan las obras de Aña Cuá
La UTE entre Astaldi, Roverlla Carranza y Tecnoedil terminaron con las instalaciones de las narices de pila en la casa de máquinas.