Gasoducto Vaca Muerta: Y ahora ¿quién podrá ayudarnos?

Las empresas Techint Compañía Técnica Internacional, Sociedad Argentina de Construcción y Desarrollo Estratégico (SACDE), Esuco y BTU no logran revertir el atraso de al menos un mes que acumulan en la construcción del gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GNPK), del Mercedes-Cardales y su planta compresora cuando restan 118 días para que se cumpla la fecha estipulada por el gobierno de Alberto Fernández para su inauguración.
Así lo confirmaron dos fuentes cercanas a las contratistas y una de la industria que conoce de cerca el proceso, a los que se le suman los documentos con el avance en las costuras de los caños a los que pudo acceder en exclusiva Desarrollo Energético.
Este retraso ocasionará un importante drenaje en las ya maltrechas reservas de divisas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) debido a que la empresa Energía Argentina (ENARSA) tendrá que importar GNL para cubrir la faltante de gas natural en el invierno si el gasoducto no está terminado para el 20 de junio.
Incluso, planea recurrir al fuel oil comprado en el exterior para cubrir parte de estas necesidades y destinarlo a la generación eléctrica. Esto no sólo impactará en los números de la entidad monetaria, sino que, además, incrementará la contaminación ambiental. Esto va a contramano de los compromisos asumidos por el gobierno en el marco de la COP 30.
Los problemas de calibración en las máquinas de soldado de doble junta, la ovalación que traen los caños de origen que dificulta más esta tarea, y el retraso que están teniendo la firma SIAT en las entregas de los tubos está provocando que las compañías deban correr siempre por detrás del cronograma estipulado en los contratos y les resulte imposible descontar los días perdidos en los casi cuatro meses que les queda de tiempo.
“El GPNK debería estar terminado entre principio y mediados de mayo para que las empresas puedan realizar las pruebas hidráulicas, que son muy complejas, el secado, que lleva semanas, y colocar las válvulas, que aún deben ser probadas y recién están empezando a llegar al país”, explica una segunda fuente de la industria que conoce de cerca los avances del proyecto.
O sea, a las empresas le quedan tres meses efectivos de construcción para tener todo listo y poder empezar las pruebas a tiempo para llegar a inaugurar los gasoductos el 20 de junio. Esto parece virtualmente imposible porque aún deben recuperar los 45 días de retraso que acumulan en su haber.

Corriendo contrarreloj
Como parte del esquema de trabajo, las contratistas de los tramos 1 y 2 (la UTE Techint-SACDE) debían realizar un promedio de 1.650 soldaduras mensuales de caños de 36 pulgadas de 24 metros de largo entre el 1 de diciembre de 2022 y el 15 de mayo de 2023 para completar las 9.167 que se requieren para desarrollar el trayecto de 220 kilómetros que tiene cada uno.
Esto implica que, tendrían que haber llevado a cabo unas 3.300 costuras en cada etapa en el primer bimestre de trabajo. Sin embargo, terminaron 1.264 en el primero y 1.809 en el segundo al 1 de febrero, lo que implica un avance del 38% y del 55% en los trabajos, según los documentos a los que pudo acceder Desarrollo Energético.
Este retraso viene en línea con los resultados que había mostrado en enero, cuando había realizado 21 soldaduras en la etapa uno y 254 en la dos, cuando la meta era de 1.396 y 1.029 respectivamente.
Ni las contratistas ni ENARSA quisieron hacer comentarios para explicar esta situación ni mostrar los detalles del cronograma de trabajos que deben cumplir. Este esquema debería haber sido publicado dentro los pliegos de la licitación GPNK 07/2022, sin embargo, esto nunca se hizo.
Desde la empresa estatal de energía sostuvieron en un comunicado publicado el 19 de febrero que “los trabajos están avanzando de acuerdo con lo planificado y previsto”. “Estamos cumpliendo el ambicioso cronograma que nos impusimos y de no mediar ningún imprevisto estaremos en condiciones de cumplir el objetivo que nos propusimos y poner en funcionamiento el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner para antes del inicio del próximo invierno”, sostuvo su presidente Agustín Gerez.
Desde el consorcio Techint-SACDE, también insisten que van a llegar a junio como está estipulado en el contrato. Sin embargo, una tercera fuente cercana a la propia UTE sostuvo el 22 de noviembre que su meta era comenzar a bajar caños a las zanjas entre la tercera y cuarta semana de diciembre, algo que recién lo hizo el 27 de enero en la localidad de Doblas, en la provincia de La Pampa, según informó ENARSA en una gacetilla de prensa.
Esta brecha se acentúa más aún en el frente de Tratayén, en Neuquén, donde tendría que haber iniciado estas tareas en la misma fecha y consiguió hacerlo el 10 de febrero, según las primeras dos fuentes cercanas al consorcio.
Incluso, había programado comenzar a soldar los caños entre la última semana de noviembre y la primera de diciembre y recién empezó con esta tarea el 13 de enero en la planta de Doblas, tal como lo comunicó ENARSA en otro comunicado.
Por esta razón, el consorcio le está pidiendo a algunos de sus proveedores retrasar la entrega de los productos. Uno de ellos debería haberle provisto en diciembre los materiales para tapar las zanjas en las que se entierran los caños y hasta el momento, más de dos meses después, no ha podido hacerlo, señala la primera fuente de la industria.

Muchos problemas y pocas soluciones
Una de las razones que está provocando atraso en estos dos tramos es el problema de calibración que viene sufriendo la planta de doble junta ubicada en la provincia de Río Negro desde que la instalaron en octubre. Esto ha generado fallas constantes en las soldaduras, sostienen las dos fuentes cercanas al consorcio, el proveedor.
“Tienen un rechazo importante de soldaduras de línea y eso tira para atrás todo. Además, viene muy retrasada la línea de gammagrafía de evaluación de soldaduras, por lo que las van haciendo sin tener respaldo de la calidad de lo que están haciendo. Cuando encuentran defectos de algún soldador y deben corregirlo, el tipo ya lo hizo”, destalla una tercera fuente de la industria.
El consorcio decidió igualmente desfilar los tubos pese a contar con rechazos en las soldaduras. Incluso, a principios de febrero salió a pedirle a su proveedor de pruebas hidráulicas que se las suministrara con urgencia para intentar recuperar parte del tiempo perdido mientras corrige las fallas.
Estos problemas tienen que ver con los inconvenientes que ha tenido la UTE en la calibración de la planta de doble junta debido a que no llegó a ponerla a punto antes de iniciar el proceso por la premura con la que ENARSA está realizando todo el proceso.
A esto se le suma que la ovalación de varios caños provistos por SIAT ha dificultado aún más las tareas de soldado. Esto se debe a las dificultades que ha tenido la unidad de Tenaris en su fábrica de Valentín Alsina, en la provincia de Buenos Aires, señala la segunda fuente de la industria.
A su vez, tanto el consorcio como la propia fabricante han estado incumpliendo con la Norma para el almacenamiento de caños de acero revestidos y sin revestir (NAG-109) que establece el Ente Regulador del Gas (ENARGAS) para este tipo de obras, lo que ha incrementado estos problemas.
El reglamento estipula que el acopio se debe realizar en pilas de forma piramidal con no más de dos filas y que los tubos deberán estar separados con alfajías de madera para evitar que se dañe su revestimiento y se ovalen ya que tienen un peso de unos 500 kilogramos por metro (6.000 kilogramos totales).
Como se ve en la imagen provista por ENARSA del obrador del consorcio Techint-SACDE en Río Negro, nada de esto se ha estado respetado, ya que los caños fueron colocados sin ninguna protección uno encima del otro en tres hileras.

Una situación aún peor se está dando en el depósito del puerto de Dock Sud, en la provincia de Buenos Aires, que tiene la empresa de logística Loginter. Esta firma es la encargada de recibir los caños provenientes de Brasil y almacenarlos hasta que son trasladados a la planta de SIAT.
Allí, los tubos se han estado colocado en pilas de siete filas. Esto provocó, incluso, un desmoronamiento a fines de enero que produjo el corte de la calle aledaña al predio de la compañía, como se puede observar en el video.

 

Finalmente, el otro inconveniente que está retrasando los trabajos es la demora que está teniendo SIAT en la entrega de los caños de 36 pulgadas y las fallas con las que arribaron varios de ellos a los obradores de las constructoras, como adelantó Desarrollo Energético en enero. Desde Tenaris, niegan que esto sea así y sostienen que están cumpliendo con el cronograma establecido en el contrato firmado con ENARSA.

La tercera etapa
La empresa BTU también está sufriendo problemas en la construcción de la etapa final del GPNK, que concluirá en la localidad bonaerense de Salliqueló. A diferencia de lo que ocurre con la UTE Techint-SACDE, en este caso, las causas están vinculadas con el retraso en la llegada de los caños y las fallas con las que han venido varios de ellos.
Esto no sólo alteró su cronograma de trabajo, por la falta de materia prima que precisa para cumplir con los tiempos, sino que, además, provocó que la compañía tenga que reparar los tubos fallados en el lugar.
BTU debía realizar un promedio de 1.700 soldaduras mensuales de caños de 36 pulgadas de 12 metros de largo para completar las 10.317 que se requieren para desarrollar el trayecto de 133 kilómetros que tiene asignado entre el 16 de noviembre de 2022 y el 15 de mayo de 2023.
Esto implica que para principios de febrero deberían haber llevado a cabo unas 4.250 costuras de campo en cada etapa. Sin embargo, terminó 2.289 al 1 de febrero, lo que implica que completó un 54% de los trabajos, según los documentos a los que pudo acceder Desarrollo Energético. Este retraso viene en línea con los resultados que ya había mostrado en enero, cuando había realizado 625 soldaduras, mientras la meta era de 833.
“Para revertir esto, la empresa está armando un tercer frente de soldaduras, pero le está costando implementarlo por los atrasos que viene teniendo en la entrega de los tubos”, resalta la segunda fuente de la industria.

Una obra a fuego lento
Los atrasos que viene acarreando la construcción de la planta compresora del gasoducto Mercedes-Cardales son aún mayores y alcanzan los tres meses, como adelantó Desarrollo Energético.
La empresa Esuco recién está realizando los movimientos de suelo en el terreno ubicado en la localidad Mercedes, en la provincia de Buenos Aires, donde se emplazarán las nuevas instalaciones.
El turbocompresor Mars 100 de 15.900 caballos de fuerza (HP) llegó al país a mediados de diciembre luego de que Transportadora de Gas del Sur (TGS) encargara y abonara los trabajos de revamping, que se llevaron a cabo en la fábrica Solar Turbines, en los Estados Unidos.
Para ese momento, Esuco debería haber tenido listos los cimientos de la planta e instalado los equipos en enero, señala la segunda fuente de la industria. Sin embargo, nada de eso se ha ocurrido aún, como se ve en las imágenes.

Otro de los factores que podrían atrasar aún más los trabajos es la llegada de las válvulas. ENARSA espera tenerlas en Buenos Aires en dos tandas: una para el 17 de febrero y la otra para el 15 de marzo.
“Las válvulas son esenciales para la planta compresora porque se accionan en forma manual y sin ellas no puede funcionar. Antes de instalarlas, deberán pasar por un proceso de pruebas, lo que va a demorar varias semanas en estar listo”, concluye la misma fuente.

Por Hernán Dobry, con la con la colaboración de Camilo Ciruzzi