El gobierno de Alberto Fernández planea entregarle a Integración Energética Argentina Sociedad Anónima (IEASA) el nuevo gasoducto que espera construir con empresas chinas para conectar en dos etapas las localidades de Tratayén (Neuquén) y Saliqueló (Buenos Aires) y San Jerónimo (Santa Fe).
Esto difiere de lo que había propuesto la administración de Mauricio Macri en 2019 cuando lanzó las fracasadas licitaciones para desarrollar un proyecto similar, que establecía que el consorcio ganador de la contienda se haría cargo de la operación del ducto con tarifas en dólares.
En esta oportunidad, el proceso se hará por contratación directa como parte del “Convenio marco de cooperación en materia económica y de inversiones” firmado con China en 2013, la obra quedará en manos de IEASA y el servicio se cobrará en pesos a las petroleras, explica una fuente cercana a la Secretaría de Energía.
Este proyecto junto, con otros que conforman el Sistema de Gasoductos Transport.Ar Producción Nacional, fue incluido en el memorando de entendimiento (MOU, por sus siglas en inglés) que el titular de esta cartera, Darío Martínez firmó con el consorcio entre Power Construction Corporation of China (PowerChina) y Shanghai Electric Power Construction el 13 de mayo.
“Este es el primer paso para la concreción de una verdadera red de gasoductos que permitirá simultáneamente evacuar la producción nacional de gas para abastecer los centros de consumo y nuestras centrales térmicas – explicó el funcionario tras la firma del documento -. Esta obra es vital para que las regiones productoras puedan incrementar y colocar la producción de gas argentino, lo que hoy se ve limitado por la capacidad de transporte del actual sistema troncal de gasoductos”.
Los restantes proyectos son la repotenciación de las plantas compresión del gasoducto de Noreste (GNEA), el incremento de la capacidad de transporte del troncal centro-oeste en el tramo que va desde la localidad de La Mora hasta Tío Pujo, ambas en la provincia de Córdoba, y una obra similar en el ducto patagónico San Martín.
La operación y mantenimiento del tramo La Mora-Tío Pujio quedará en manos de Transportadora de Gas del Norte (TGN), que ya lleva a cabo estas funciones en el GNEA, y la del San Martín la hará Transportadora de Gas del Sur (TGS), que actualmente realiza estas tareas, explica la misma fuente.
Para una segunda etapa de obras, el gobierno analiza incluir en los acuerdos con China también la reversión del gasoducto norte, que ahora trae gas de Bolivia, para utilizarlo en la inyección del fluido que llegue desde Vaca Muerta y la Cuenca Austral, explica la misma fuente.
Como parte del MOU, la Secretaría de Energía se comprometió a entregarles al consorcio chino toda la documentación técnica de las obras antes del 2 de junio para que prepare un proyecto ejecutivo en un lapso de 60 días.
La propuesta deberá incluir no sólo los costos totales de los trabajos, valuados en cerca de 3.200 millones de dólares, sino, también, las fuentes de financiamiento que traerán las compañías para respaldar su desarrollo.
Una vez que el consorcio presente la propuesta, los técnicos del equipo de Darío Martínez se abocarán a analizar su contenido y, en caso de que cumpla con las expectativas argentinas, tenerlo aprobado para mediados de septiembre, explica la fuente.
De esta forma, el Presidente podrá incluirlo en el Plan Integrado de infraestructura de cinco años de duración que espera presentarle al presidente chino, Xi Jinping, antes de fin de año para poder firmar un acuerdo bilateral que permita comenzar con su desarrollo.
Lo que aún no queda claro es si IEASA será la encargada de la operación y mantenimiento del gasoducto de Vaca Muerta o si realizará una licitación para que una tercera empresa realice estas tareas, tal como lo ha hecho con el GNEA.
En septiembre de 2019, la compañía estatal, convocó a un concurso de precios para llevar adelante estas funciones en el ducto del Noreste en las provincias de Santa Fe y Chacho. En esa oportunidad, TGN se quedó con el contrato, como informó Desarrollo Energético.
Asombro y dudas
La decisión del gobierno nacional de avanzar con los chinos en la construcción del Sistema de Gasoductos Transport.Ar Producción Nacional bajo el régimen de contratación directa sorprendió a toda la industria que se enteró de la novedad por la prensa.
Desde TGN y TGS, sostienen que ningún funcionario de la Secretaría de Energía de la Nación se comunicó con ellas para explicarles o consultarlas sobre esta variante, que las tiene como parte interesadas ya que, finalmente, serán las encargadas de operar buena parte de esos gasoductos.
La sorpresa también reside en que buena parte de estos proyectos se basan en los mismos que estas empresas le habían presentado al Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) a mediado del año pasado a pedido de su titular, Federico Bernal, como una solución intermedia y de rápida ejecución para incrementar el volumen transporte desde Vaca Muerta y la cuenca Austral.
En esa oportunidad, TGS le había ofrecido construir 58,50 kilómetros de cañerías de 30 pulgadas paralelas al gasoducto San Martín desde la provincia de Santa Cruz hasta la de Chubut y otras obras adicionales de adecuación, que permitirán sumar una capacidad de inyección adicional de 2 millones de metros cúbicos por día (Mm3d) de gas. Estos trabajos requerirían de ocho meses de obra y una inversión cercana a los 90 millones de dólares.
Además, la compañía le había propuesto realizar un ducto de 30 pulgadas y 72 kilómetros de largo entre las localidades bonaerenses de Mercedes y Cardales, una planta compresora de 10.000 caballos de fuerza y una estación de transferencia y medición de volumen, con el que se podrán transportar 10Mm3d de gas.
Su desarrollo requeriría de diez meses de trabajos y de una inversión de total de 130 millones de dólares. Este proyecto había sido incluido el año pasado como complemento en la licitación del gasoducto de Vaca Muerta que el gobierno de Macri había lanzado en 2019. Sin embargo, estas obras quedaron fuera del Sistema de Gasoductos Transport.Ar Producción Nacional que le ofrecieron a los chinos.
En tanto, TGN le había propuesto incrementar la compresión en 20.600 caballos de fuerza y la instalación de 40 kilómetros de cañerías paralelas y un nuevo gasoducto de 120 kilómetros (todos de 30 pulgadas) entre las localidades de La Carlota y Tío Pujio, en la provincia de Córdoba. El desarrollo de esta alternativa precisará de unos 16 meses de obra.
Incluso, le ofreció una segunda alternativa que incluía expandir su capacidad de compresión en 35.600 caballos de fuerza e instalar cuatro tramos de ductos de 30 pulgadas paralelos al actual por un total de 74 kilómetros, para lo que se requerirá 14 meses de trabajo. Todo este proyecto necesitaría de una inversión aproximada de 170 millones de dólares.
Toda la información que las transportadoras le suministraron al Enargas es la que recibirá el consorcio chino para armar su proyecto ejecutivo, sin haber hecho ningún trabajo previo de campo, lo que le facilitará su labor.
Sin embargo, ninguna de estas compañías no será parte de los trabajos ya que el gobierno sólo está contemplando negociar con PowerChina y Shanghai Electric que al menos se incluya una participación argentina en el montaje y la construcción de los ductos (algunos caños que se producen localmente), explica, la misa fuente.
“A TGN y TGS, le pedimos que trajeran obras y siempre estuvimos abiertos a conversar, pero ellos siempre nos dijeron que tienen problemas para financiar los proyectos, por lo que estamos conversando con los chinos para hacerlos”, resalta.
Un cuento chino
Lo que más sorprendió a la industria fue la decisión de la Secretaría de Energía de lanzar un proyecto de esta naturaleza en la coyuntura actual, en la que la Argentina no logra llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y mantiene restricciones a la compra de dólares y al giro de divisas al exterior, lo que ha paralizado prácticamente toda la inversión extranjera en el país.
“Es una fantasía, más que nada por el tema de los fondos. ¿Quién va a querer venir a un país que no tiene crédito y nadie invierte desde afuera, con un gobierno que mantiene a TGS y TGN con las tarifas congeladas hace casi dos años?”, afirma una fuente de una de las principales petroleras del país.
El acuerdo con el FMI es una de las condiciones principales que han puesto los gobiernos centrales, y que se la han hecho saber a Alberto Fernández durante su reciente gira europea, para financiar proyectos de infraestructura y energía en el país.
Los chinos también son partidarios de esta postura, al punto de que varias empresas ya les han comunicado a los funcionarios locales que para avanzar en desarrollos que requieran fondeo de su país, es necesario que se logre una refinanciación de la deuda con la entidad multilateral de crédito, respaldada por un programa con metas macroeconómicas viables.
De esta forma, para que el gobierno pueda firmar un acuerdo bilateral para avanzar con el sistema de gasoductos, primero el ministro de Economía, Martín Guzmán, deberá llegar a un acuerdo con el FMI, algo que, por el momento, está lejos de concretarse por la oposición del kirchnerismo en medio de un año electoral.
Incluso, si lograra refinanciar los vencimientos que tiene la Argentina por delante con el organismo, también será difícil de aprobar el proyecto con el consorcio chino, ya que eso implicará incrementar el endeudamiento nacional en, al menos, 3.200 millones de dólares, cuando la entidad multilateral de crédito le exigirá reducciones en el déficit fiscal.
Esto es algo similar a lo que le ocurrió al gobierno de Macri en 2018, cuando debió paralizar obras de infraestructura que ya contaban con el financiamiento aprobado e, incluso, incumplir con los pagos correspondientes a la resolución 46, con la que subsidiaba la producción de gas natural no convencional en Vaca Muerta, entre otros.
El objetivo de la Secretaría de Energía es que el sistema de gasoductos sea financiado completamente con créditos provistos por bancos estatales chinos, por lo que estos montos contarían dentro del endeudamiento soberano ya que las obras quedarán en manos del Estado, quien se las transferirá a IEASA.
“La tasa que esperamos que nos ofrezcan es de entre el 4 y el 6,50%”, sostiene la fuente cercana a Darío Martínez. Este es otro de los puntos que genera preocupación dentro de la industria, ya que consideran que el fondeo que suele proveer el país asiático puede resultar más caro que hacerlo con otras entidades de crédito internacional.
“Los chinos suelen ofrecer tasas bajas, pero a esto hay que sumarle los seguros de la ECA y otros costos, que se incluyen en la letra chica y que terminan haciendo mucho más caros los productos. Por eso, nunca han logrado ganar una licitación en el país cuando hay incluir el financiamiento. No son competitivos”, afirma una fuente del mercado energético que le ha tocado negociar contratos con Beijing.
En lo que respecta a contratos, las empresas del país asiático pocas veces han conseguido quedarse ganar concursos de precios en los que han participado, salvo cuando contaron con el apoyo de socios locales.
Así, lograron las obras de las represas Cóndor Cliff y La Barrancosa (China Gezhouba Group Company Limited con Electroingeniería), la central hidroeléctrica El Tambolar (Sinohydro Corporation Limited con Panedile y SACDE), y podrían obtener el de Portezuelo del Viento en el que Sinohydro se asoció con las mendocinas IMPSA, Construcciones Electromecánicas del Oeste SA (CEOSA) y Obras Andinas (OASA) y es la única oferente.
De la misma forma, en el mercado energético les resultó imposible conseguir clientes para suministrar sus aerogeneradores a los parques eólicos que se vienen construyendo en el país desde 2018.
Los altos costos de sus productos y la imposibilidad de sus bancos de financiar proyectos privados (sólo lo hacen con garantía soberana) hicieron que sólo pudieran instalar sus equipos en las plantas que sus empresas (Goldwind y Envision) desarrollaron a riesgo propio.
Gasoductos sin gas
El secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, sostuvo que el Sistema de Gasoductos Transport.Ar Producción Nacional “permitirá sustituir las actuales importaciones de GNL, la declinante producción del gas boliviano y la importación de combustibles líquidos que hoy queman las usinas térmicas, ahorrando 1.150 millones de dólares anuales en divisas al país”.
Sin embargo, no explicó cómo conseguirá esto, ya que hasta el momento todos sus planes al respecto han fracasado, al punto de que la Argentina tendrá que importar más GNL este año que en 2020 por la caída que viene sufriendo la extracción local del fluido a pesar la implementación del Plan Gas.Ar.
En el primer cuatrimestre, la producción de gas natural a nivel nacional cayó el 8,96% a 114,13 Mm3/d en comparación con los 125,36 Mm3/d registrados en el mismo período de 2020.
Sin embargo, logró reducir los niveles de desplome durante abril al mostrar un declive del 3,43% frente idéntico mes del año pasado, cuando había tenido una baja del 9,58% en marzo, del 10,71% en febrero y del 11,54% en enero.
La principal responsable de esta situación fue la cuenca Neuquina donde la producción de gas natural creció el 12,29% a 68,79 Mm3/d en el primer cuatrimestre en comparación con los 61,26 Mm3/d registrados el mismo período de 2020.
Pese a esto, no logró revertir las caídas del 10,68% de la Cuyana, del 10,52% de la de San Jorge, del 9,53% de la del Noroeste y del 1,53% de la Austral que se produjeron entre enero y abril.
Para que el gobierno pueda llenar los gasoductos que planea construir y poder proveer de fluido al noreste del país, reemplazar las importaciones de GNL y exportarle a Brasil y a Chile, primero deberá conseguir la forma de incrementar la producción.
“La inversión se va a hacer cuando esté lista la ley de Petróleo y se normalicen las restricciones cambiarias, antes no”, afirman la fuente de una de las principales compañías de sector. Hasta entonces, todos los proyectos seguirán siendo cuentos chinos.
Por Hernán Dobry
1 comentario
Herman de la noche a la mañana, los «chinos» se quedaron con la provisión y financiamiento de «gasofuctos» , sin tener en claro y con que criterios se seleccionan los proyectos. Cuando entraron todo entro en desiciones, oscuras. Que luego tendremos que pagar si o si a los mismos.