En vísperas del evento anual más importante de la industria de hidrocarburos en Argentina, la incertidumbre sobre el futuro político y económico del país es inmensa. Una vez más, da la sensación de que el futuro del país es completamente dependiente del Presidente que sea electo, a diferencia de los países desarrollados en los que el rumbo está definido y el Presidente probablemente solo ajuste algunas variables.
En materia de energía, las principales disyuntivas tienen que ver con la intervención del Estado. Ninguno de los 3 candidatos principales duda de que Argentina tiene que convertirse en un gran exportador de energía y de que de alguna manera hay que seguir subsidiando a los más vulnerables. Las preguntas principales entonces son, ¿Debe el Estado intervenir para que los usuarios tengan menores precios de combustibles, gas y electricidad? ¿Debe el Estado construir y/o financiar las obras de infraestructura para evacuar la energía (gasoducto y líneas de transmisión)? ¿Debe seguir existiendo Enarsa?¿Debe el Estado dar un paraguas financiero al sector para poder entrar y sacar divisas (mientras que la economía no esté abierta)? Y finalmente la más debatida ¿Debe privatizarse (completamente) YPF?
Más allá de que La Libertad Avanza y Juntos por el Cambio quieran ir a un sistema energético más competitivo, menos regulado, más libre, el problema principal es cómo transitar de un estado al otro. Dado que en esta situación delicada y en el corto plazo no van a venir inversiones pero el país las va a necesitar para desarrollarse vamos a requerir mucha creatividad para construir un puente entre un estado y el otro. Y aquí, además de los políticos y funcionarios, creo que es muy importante el rol del sector privado con su capacidad tiene que proponer ideas.
La sociedad tiene derecho a saber cuál es el plan en todas las materias de los candidatos. La incertidumbre y desesperación actual es tan grande que la sociedad necesita que le definan un rumbo. No sirven las palabras vacías ni las fotos de los políticos. En este sentido, no llama la atención que Milei haya ganado al ser el que más claramente contó lo que va a hacer (independientemente de que las personas coincidan o no).
La industria hidrocarburífera, de las más resistentes del país y de las pocas que creció en los últimos años, continúa adelante más allá de las dificultades de la coyuntura. No hay dudas de que será un sector clave para nuestro futuro.
Por Daniel Dreizzen