La construcción del gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) y sus obras complementarias ha hecho estallar la interna entre los principales referentes del kirchnerismo dentro del gobierno por el control del sector de hidrocarburos.
De un lado del ring, se encuentra el subsecretario de Hidrocarburos de la Nación, Federico Bernal, y del otro, el presidente de la Energía Argentina Sociedad Anónima (ENARSA), Agustín Gerez. En el medio, una disputa de poder.
La tensión entre ambos funcionarios kirchneristas se viene dando desde hace siete meses y fue creciendo a medida que la empresa estatal de energía comenzó a mostrar los primeros problemas para poder cumplir con el cronograma de adjudicación de los diferentes contratos que forman parte de las obras del GPNK.
A esto, se le sumaron los sucesivos retrasos que han venido acarreando las empresas seleccionadas para llevar adelante los trabajos y la provisión de los caños, lo que hace peligrar el cumplimiento de la meta de inaugurar el gasoducto el 20 de junio, tal como lo adelantó Desarrollo Energético.
Sin embargo, la gota que rebalsó el vaso fue la nota NO-2023-20330057-APN-SSH#MEC que Bernal le envió el 24 de febrero a Gerez, con copia a la secretaria de Energía, Flavia Royón, a la subsecretaria de Planificación Energética, María Cecilia Garibotti, al subgerente general de ENARSA, Gastón Leydet y a la subsecretaria de Coordinación Institucional de Energía, María Florencia Alvarez Travieso.
También, incluyó en el mensaje a la subsecretaria de Administración y Normalización Patrimonial de la Secretaría Legal y Administrativa del Ministerio de Economía, Florencia María Jalda, a la asesora de la Secretaría de Energía, Marta Zaghini, a la directora general de Administración y Finanzas de la Secretaría de Energía, María Alejandra Marcolli y al interventor del Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS), Osvaldo Felipe Pitrau.
Allí, le solicitó que le enviara en cinco días los avances físicos y financieros de las obras correspondientes a 2022 para poder hacer el cierre del ejercicio anual y le recordaba que debía remitirle asiduamente esos mismos datos entre el 1 y el 5 de cada mes.
Además, le remarcó que tenía pendiente las respuestas de las cuatro misivas anteriores y le requería que le enviara “el detalle del cronograma de obras para el año 2023, en los términos del ‘Programa Transport.Ar Producción Nacional’”.
“Los pedidos de información requeridos obedecen a la necesidad de coordinar de manera eficaz – en función de las competencias de la Subsecretaría de Hidrocarburos – la relación existente entre el Programa Transport.Ar y la planificación en materia de obras de infraestructura de expansión del Sistema de Transporte con una correcta proyección y ejecución de la política hidrocarburífera (en este caso, vinculada al gas natural) y que como bien es sabido, está siendo precisamente elaborada en el marco del esquema de comercialización del gas (Plan Gas.Ar, en el cual la Ronda 5.2 se encuentra aún abierta) y del transporte (conforme lo previsto en el Artículo 6° del Decreto 76/2022), además de diversos proyectos de ley y de la nueva normativa vinculada al desarrollo exponencial de nuestros recursos fósiles”, señaló Bernal.
Cansado de siete meses de continuos reproches, Gerez decidió contestarle en forma tajante el 6 de marzo a través de la nota NO-2023-00002474-IEASA-DIR#IEASA, con copia a todos los funcionarios a los que les había llegado el reclamo.
En la misiva, le dejó claro que el Poder Ejecutivo había delegado en ENARSA el desarrollo de la construcción del GPNK y sus obras complementarias y que había designado a la Secretaría de Energía de la Nación para ejercer la conducción del Programa Transport.Ar y definir la prioridad de las obras, “sin delegación en ningún órgano inferior”.
“Esa delegación ha sido realizada por el Jefe de la Administración Pública Nacional y no puede, por lo tanto, ser desnaturalizada por órganos inferiores”, sostuvo Gerez y le explicó que toda la información que le pedía se le había enviado a Royón y ya había sido publicitada continuamente.
“En tal inteligencia, aun cuando el emplazamiento – propio de las relaciones jerárquicas – exorbita el marco competencial de la Subsecretaría de Hidrocarburos, no dejo de advertir que el requerimiento canalizado en su comunicación es en cierta forma abstracto”, concluyó el titular de ENARSA, dando por cerrada la discusión. Sin embargo, la interna sigue abierta y amenaza con seguir escalando.
Una puja de poder
Ni bien asumió como subsecretario de Hidrocarburos de la Nación, Bernal le envió la nota NO-2022-88621090-APN-SSH#MEC al Gerez, con copia a Royón, el 24 de agosto para marcarle la cancha.
Allí, le remarcó que “no es novedoso para ENARSA” que el programa Transport.Ar “se encuentra en la órbita de esta Subsecretaría de Hidrocarburos, con diversos objetivos que hacen a la determinación de la política energética de nuestro país” y que es esa entidad la que “define la priorización de las obras, proyectos, y sus correspondientes etapas, para garantizar el desarrollo del gas natural en el mercado”.
A su vez, le solicitó que le remitiera antes de su ejecución las medidas que pensaba adoptar para llevar adelante este proceso, que incluye la construcción del GPNK y sus obras complementarias.
En la misiva, Bernal le dio dos días a Gerez para que le indicara el avance en el que se encontraban los trabajos que la Secretaría de Energía había establecidos como prioritarios y hasta el 27 de agosto para que le enviara un listado con los que no hubieran comenzado a ejecutarse.
Como no obtuvo respuesta, el subsecretario de Hidrocarburos volvió a la carga y le envió una nueva nota, la NO-2022-89815223-APN-SSH#MEC, al presidente de ENARSA y a Pitrau, con copia a Royón, el 26 de agosto, con los mismos argumentos, pero con mayor firmeza.
En ella, incluyó también a YPF, el ENARGAS, a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (CAMMESA), a Transportadora de Gas del Norte (TGN) y Transportadora de Gas del Sur (TGS).
En la misiva, les dio tres días para que pusieran en su conocimiento “todos los antecedentes documentales que obren a resguardo en la esfera de cada una de sus dependencias, vinculados a los informes que se hayan elaborado en los términos del mentado Programa, que tengan por objeto, la justificación y determinación de las prioridades en la asignación de obras, recursos y proyectos en sus respectivas etapas, listadas en el artículo 3 de la Resolución SE Nº 67/22, así como también, todos aquellos informes que hayan tenido por objeto, la justificación de cambios en las obras priorizadas en el listado del artículo 6 de la citada Resolución”.
Una vez más, nadie respondió a sus pedidos. Eso no lo amilanó y cuando se venció el plazo, volvió a insistir en sus requerimientos a través de la nota NO-2022-92021485-APN-SSH#MEC del 1 de septiembre dirigida a Gerez, pero copiada a Royón, a Garibotti y al subsecretario de Energía Eléctrica, Santiago Yanotti.
Allí, le solicitó que le remitiera toda la información sobre el avance alcanzado en la ejecución de las “obras prioritarias-revisión gasoducto Norte etapas I-II” y “las fechas respectivas de cada una de las habilitaciones o entrada en servicio vinculadas a ellas”.
En especial, le dio dos días para que le notificara los detalles sobre “el estado de situación vinculado a la adquisición de dos turbocompresoras de 15.000 HP y a la contratación de la construcción de las respectivas plantas compresoras de Tratayén y Salliqueló”.
En la nota, Bernal lo instó a que en “caso de que la reversión Gasoducto Norte no estuviera comenzada” las pusiera en marcha “urgentemente”, ya que su “retraso podría poner riesgo el abastecimiento interno” de gas natural del país.
Gerez y su equipo siguieron ignorando sus pedidos, lo que no hizo más que caldear los ánimos, ya que la negativa a suministrarle la documentación requerida hizo fracasar la reunión de la “Mesa de Trabajo”, convocada para el 6 de septiembre por la Subsecretaría de Hidrocarburos de la Nación, para “coordinar de manera eficiente y pormenorizada, todos los avances respectivos” del programa Transrport.Ar.
Allí, pensaba tratar la “cronología precisa” de entrada de obras del tramo Tratayén-Salliqueló del GPNK, la planta compresora y el gasoducto Mercedes-Cardales y el loop Ordoqui, la capacidad de transporte adicional, la conformación de demanda adicional para el armado de las Rondas 4 y 5 del Plan Gas.Ar y el adelanto de propuestas de comercialización de gas para el llenado de las nuevas ampliaciones.
Bernal se quedó solo porque ni las empresas ni los demás integrantes de la “Mesa de Trabajo” concurrieron a la cita. Sin embargo, no se dio por vencido y convocó a una nueva reunió para el día siguiente y les solicitó a los miembros confirmar su asistencia por correo electrónico para evitar un nuevo desplante.
A su vez, le remitió la nota NO-2022-93802424-APN-SSH#MEC a Yanotti, Gerez, Leydet, con copia a Royón, el 6 de septiembre, en la que le solicitó que tuvieran “a bien presentar en lo sucesivo, ante esta Subsecretaría, toda la documentación pertinente referida a las obras del programa Transport.Ar que sean consideradas en el ámbito de análisis de la mesa de coordinación”.
Dos funcionarios en la mira
Tanto Bernal como Gerez están bailando sobre la cuerda floja. Ambos llegaron a sus cargos apadrinados por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y vienen sobreviviendo en la función pública a los diferentes cambios de gabinete que ha tenido el presidente Alberto Fernández desde que asumió el poder el 10 de diciembre de 2019.
La relación entre los dos nunca fue la mejor, pero esos resquemores se han venido intensificando desde que el subsecretario de Hidrocarburos de la Nación asumió su puesto el 24 de agosto de 2022, tras la renuncia de Darío Martínez como titular de la cartera de Energía.
El funcionario, que también se desempeña como tesorero del Instituto Patria, había llegado a ese puesto tras haber ejercido como interventor del Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS), donde había llegado en marzo de 2020, durante la gestión de Sergio Lanziani.
Sin embargo, siempre aspiró a reemplazarlo como secretario de Energía de la Nación. Pero fue relegado por Cristina Kirchner y esa función la ocupó Darío Martínez, en un intento por catapultarlo como futuro gobernador de la provincia de Neuquén.
Pese a haber sido nombrado para formar parte del equipo de Royón, cuando Sergio Massa desembarcó en el Ministerio de Economía, el 24 agosto, nunca formó parte del círculo de confianza de ambos funcionarios.
Con el correr de los meses, su posición dentro del gobierno se fue debilitando lentamente. Los desplantes de Gerez no son más que una señal de la merma que ha sufrido su poder, al que tanto le temían los empresarios del sector cuando se desempeñaba como interventor del ENARGAS.
Por eso, Massa ha venido sondeando al ministro de Hidrocarburos de la provincia de Chubut, Martín Cerdá, para reemplazarlo, afirma una fuente de la industria. Sin embargo, no lograron convencerlo, ya que se encuentra abocado a su precandidatura como intendente de la localidad de Rada Tilly.
Gerez, en tanto, se mantiene en su puesto gracias al GPNK debido a que en el Palacio de Hacienda nadie quiere poner un hombre suyo para evitar quedar pegados si las obras, finalmente, no pueden inaugurarse en la fecha prevista debido a los retrasos que vienen acarreando.
De esta forma, Massa tendrá a quién echarle la culpa si el gasoducto no comienza a operar el 20 de junio, como está estipulado en los contratos. En ese caso, el presidente de ENARSA será, el responsable de todo lo ocurrido.
Por Hernán Dobry