La provincia de Neuquén exportó más de 10 millones de barriles de crudo convencional y no convencional en 2021, según datos de Ministerio de Energía y Recursos Naturales local, cifra que marcó un hito, ya que hacía más de una década que no lograba ese número. Sin embargo, no todos son celebraciones, ya que hay empresas que lamentan ser partícipes lejanos de esta fiesta, destinada tan sólo a un pequeño grupo de elegidos.
El ranking de las petroleras que han realizado operaciones en el exterior lo encabeza Vista Oil & Gas con más de 3 millones de barriles, seguida por Compañía de Hidrocarburos No Convencionales (CHNC), una firma fantasma de YPF (1,60 millones) Petronas (1,40 millones), Pluspetrol (1,30 millones), Tecpetrol (1,20 millones), Shell (800.000), Pampa Energía (360.000) y ExxonMobil (260.000).
Sin embargo, la empresa controlada por el Estado aprovecha su posición dominante en el upstream y downstream y libera crudo a sus socios mientras que abastece a las refinerías propias con el provisto por otras firmas no integradas.
La Ley Federal de Hidrocarburos (17.319) establece en su artículo 6 los parámetros de comercialización, con prioridad obligatoria de abastecimiento del mercado interno y estipula que el precio puede ser regulado (actualmente no lo está) por la cartera que conduce Darío Martínez.
“El Poder Ejecutivo fijará los precios de comercialización en el mercado interno de los petróleos crudos, tales precios serán iguales a los que se establezcan para la respectiva empresa estatal”, sostiene. De esta manera, los montos a pagar son libres con un máximo de paridad de importación y un valor razonable, que es la alternativa del productor en un esquema de exportación.
Por otro lado, la normativa resalta que “cuando los precios de petróleos importados se incrementaren significativamente por circunstancias excepcionales, no serán considerados para la fijación de los precios de comercialización en el mercado interno, y, en ese caso, éstos podrán fijarse sobre la base de los reales costos de explotación de la empresa estatal, las amortizaciones que técnicamente correspondan, y un razonable interés sobre las inversiones actualizadas y depreciadas que dicha empresa estatal hubiere realizado”.
Por acción u omisión, la Secretaría de Energía de la Nación permite a los refinadores, principalmente a YPF, capturar a precios bajos el crudo de otras compañías no integradas y liberar (tras cumplir con la demanda nacional) el de los socios de la empresa controlada por el Estado para que exporten a la cotización del Brent el mercado (93,32 dólares por barril en la jornada de hoy).
Mientras tanto, los productores independientes liquidan el petróleo en torno a los 55 dólares por barril. Además de YPF, Raizen, Axion, Trafigura y refinerías pequeñas cubren el resto de la cuota de mercado que abastece al país.
En lugar de fijar el precio interno por paridad de exportación, se utilizan facultades emanadas de la propia Secretaría de Energía y del registro de ventas al exterior previsto en la Resolución 247/17 para esto. Así, la empresa controlada por el Estado logra fijar un valor interno menor, que aprovechan las otras integradas del país, y consolida su posición dominante en el mercado nacional.
El Caso CHNC
A partir de su asociación con Chevron, YPF desarrolló la Compañía de Hidrocarburos No Convencionales, una empresa offshore que controla en su totalidad y percibe aportes financieros de Chevron, que lejos de ser la socia declamada en el acuerdo de Loma Campana, es un mero financista. Chevron Overseas es prestamista e YPF Shale Oil Investment One es tomador, o sea una mano amiga entre offshores.
Según publicó la agencia Télam en 2016, tras un pedido de informes de diputados encabezados por Rubén Giustiniani: “YPF SA, que tiene el control de una offshore en Uruguay llamada Wakler Investment SA, que posee a YPF Shale Oil Holding LTD (con sede en Bermudas), que detenta el 100% de YPF Shale Oil Investment One. Esa última firma es la controlante del punto final, que es una SRL: Compañía de Hidrocarburos No Convencional, empresa subsidiaria que va a actuar con el operador, que es YPF SA. A su vez, YPF Shale Oil Investment One tiene el control de YPF Shale Oil Investment Two, también con sede en Delaware, que tiene el 10% de CHNC SRL”.
Al hablar de ranking de exportaciones y desgranar quiénes son los acceden al mercado internacional, se revela una verdad incómoda: las empresas no integradas se ven imposibilitadas de protegerse de esta situación porque no hay capacidad de almacenamiento suficiente para esperar mejores condiciones o especular con un precio más alto para sus arcas.
Entre el 20% y el 25% de la producción no convencional y entre un 30% y un 35% de la convencional se vende en el exterior al precio del Brent menos 2 dólares (flete). A esto, hay que restarle los derechos de exportación (8%), lo que arroja una diferencia de alrededor de 27 dólares por barril que muchas compañías dejan de percibir porque deben abastecer al mercado nacional.
A medida que la cotización internacional aumenta, la diferencia con los montos que se pagan por el crudo en el país aumenta. Sin embargo, muchas firmas sólo ven a través de un ventanal como los otros disfrutan de la lluvia de dólares con la producción ajena.
Una fuente cercana a una empresa que ya no opera en el país explicó que para dimensionar la cantidad de dinero que dejan de percibir hay que tomar el volumen de un buque y multiplicarlo por esa diferencia.
Por ejemplo, si la brecha es de 27 dólares, una compañía deja de recibir casi 13 millones de dólares por envío al exterior en barco (480.000 barriles) y debe contentarse con venderlos a 55 dólares.
Esto, a su vez, redunda en menos inversión. La situación se agrava aún más si se toma en cuenta la triangulación que permite el Estado Nacional para que YPF y sus socios o Vista Oil & Gas se queden entre ambas con casi el 80% de las exportaciones.
Por Camilo Ciruzzi